jueves, 4 de noviembre de 2021

Atletas femeninos y masculinos


La mayoría de los datos cuantitativos que se dan en este capítulo son para el atleta masculino joven, no porque sea deseable conocer solo estos valores, sino porque solo en atletas masculinos jóvenes se han realizado mediciones relativamente completas. Las mediciones en atletas mayores y en mujeres son mucho menos completas. Sin embargo, para las mediciones que se han realizado en la atleta femenina, se aplican principios fisiológicos básicos similares, excepto por las diferencias cuantitativas causadas por diferencias en el tamaño corporal, la composición corporal y la presencia o ausencia de la hormona sexual masculina testosterona. 

En general, la mayoría de los valores cuantitativos para las mujeres, como la fuerza muscular, la ventilación pulmonar y el gasto cardíaco, todos los cuales están relacionados principalmente con la masa muscular, varían entre dos tercios y tres cuartos de los valores registrados en los hombres, aunque hay muchos excepciones a esta generalización. Cuando se mide en términos de fuerza por centímetro cuadrado de área de sección transversal, el músculo femenino puede alcanzar casi exactamente la misma fuerza máxima de contracción que la del músculo masculino, entre 3 y 4 kg / cm2. Por lo tanto, la mayor parte de la diferencia en el rendimiento muscular total radica en el porcentaje extra del cuerpo masculino que es músculo, que es causado en parte por diferencias endocrinas que discutiremos más adelante. 

Las capacidades de rendimiento del atleta femenino frente al masculino se ilustran mediante las velocidades relativas de carrera para una carrera de maratón. En comparación, la mejor mujer tuvo una velocidad de carrera un 11% menor que la del mejor hombre. Para otros eventos, sin embargo, las mujeres a veces han tenido récords más rápidos que los hombres, por ejemplo, para el nado de ida y vuelta a través del Canal de la Mancha, para el cual la disponibilidad de grasa adicional parece ser una ventaja para el aislamiento térmico, la flotabilidad y el aumento de peso. energía a largo plazo.


Testosterona secretada por los testículos masculinos tiene un poderoso efecto anabólico al provocar un gran aumento de la deposición de proteínas en todo el cuerpo, pero especialmente en los músculos. De hecho, incluso un hombre que participa en muy poca actividad deportiva pero que, no obstante, tiene un nivel normal de testosterona, tendrá músculos que crecen aproximadamente un 40% más que los de una mujer comparable sin testosterona. 

La hormona sexual femenina estrógeno probablemente también explica parte de la diferencia entre el rendimiento femenino y masculino, aunque no tanto como la testosterona. El estrógeno aumenta la deposición de grasa en la mujer, especialmente en los senos, las caderas y el tejido subcutáneo. Al menos en parte por esta razón, el promedio de mujeres jóvenes no atléticas (de 16 a 19 años) tiene aproximadamente un 34% de composición de grasa corporal, en contraste con los hombres jóvenes no atléticos (de 16 a 19 años), que tienen aproximadamente un 23%. Los porcentajes promedio de grasa corporal son más altos en hombres y mujeres mayores y han aumentado sustancialmente durante los últimos 20 a 30 años a medida que la prevalencia de la obesidad ha aumentado en las poblaciones de la mayoría de los países desarrollados. En los Estados Unidos, por ejemplo, la prevalencia de la obesidad ahora en aproximadamente el 37% de la población adulta. El aumento de la composición de la grasa corporal va en detrimento de los niveles más altos de rendimiento deportivo en eventos en los que el rendimiento depende de la velocidad o de la relación entre la fuerza muscular total del cuerpo y el peso corporal.





Autores: John E. Hall, PhD; Edited by John E. Hall, PhD
ISBN: 9788413820132
Editorial: Elsevier
Edición: 14ª
Especialidad: Fisiología
Páginas: 1152
© 2021

jueves, 21 de octubre de 2021

CARDIOANGIOLOGÍA

 Recibe este nombre la parte de la Anatomía que estudia los órganos o conductos dentro de los cuales circulan la sangre y la linfa. Estos órganos son:

  • El corazón
  • los vasos sanguíneos (arterias, capilares y más)
  • Los vasos y ganglios linfáticos

El movimiento de la sangre en el interior de las cavidades circulatorias, se realizan en el hombre merced a la acción  de un órgano  central situado en la cavidad torácica. Este órgano o corazón es en esencia, un músculo provisto interiormente de cuatro cavidades de las cuales dos están colocadas en el lado derecho y forman la mitad derecha del corazón o corazón derecho; las otras dos ocupan  el lado izquierdo y constituyen la mitad izquierda o corazón izquierdo.

Ambas mitades del corazón no se comunican entre sí en el adulto, en cambio  las dos cavidades de cada mitad se comunican ampliamente. De estas dos cavidades, la superior se llama Aurícula; la inferior ventrículo

Las aurículas,  se relacionan con el resto del aparato circulatorio por medio de orificios que conducen a venas, los ventrículos; por otros orificios que comunican con arterias.

Arterias y venas,  son largos conductos de mayor o menor diámetro, que reparten la sangre por todo el cuerpo (arteras) o la recogen para llevarla al corazón (venas)

Los vasos capilares, son conductos muy delgados originados por la ramificación repetida de las arterias en el seno de los órganos, donde  se anastomosan para formar las redes capilares.


Circulación de la sangre.

La contracción del ventrículo izquierdo lanza la sangre  a la arteria aorta que  se encarga de repartirla por todos los órganos del cuerpo. En estos se verifica  un intercambio  de substancias, ya que  las células toman de la sangre  determinadas materias, especialmente el oxígeno y le ceden otras, como el anhídrido carbónico.

Al perder su oxígeno, la sangre de color claro o arterial se transforma en sangre venosa, de color rojo obscuro.

La sangre venosa de los órganos es recogida por los capilares venosos  que la llevan a las venas, desde donde es transportada por las venas cavas a la aurícula derecha  y pasa luego al ventrículo del mismo lado. 

La contracción del ventrículo derecho lanza esta sangre a la arteria pulmonar que la conduce a los pulmones, donde se capilariza alrededor de los alveolos y se transforma de nuevo  en sangre arterial al perder el anhídrido carbónico y cargarse de oxígeno (hematíes).

Esta sangre arterial de los capilares pulmonares es recogida por las venas pulmonares y conducida a la aurícula izquierda, de donde pasa al ventrículo del mismo lado, completándose con esto una revolución circulatoria.

En una revolución completa, la sangre pasa, dos veces por el corazón.

  1. una vez en forma de sangre arterial, por el corazón izquierdo 
  2. otra como sangre venosa, por el corazón derecho.
Resulta así el recorrido  realizado por la sangre fuera del corazón dividido en dos partes

Una de las dos partes extracardiacas del recorrido se extiende del ventrículo izquierdo por la arteria aorta y las venas cavas,  a  la aurícula derecha, y recibe el nombre de gran circulación o circulación general. 
La otra se llama pequeña circulación o circulación pulmonar y se extiende del ventrículo  derecho, por la arteria pulmonar y venas pulmonares, a la aurícula izquierda.
Este tipo de circulación que se encuentra en los vertebrados superiores y en la cual la sangre pasa dos veces por el corazón, se denomina doble  y se opone  a la circulación sencilla, de los vertebrados inferiores en la cual la sangre pasa una sola vez por el corazón en una revolución completa.

La linfa, circula por conductos especiales llamados vasos linfáticos, cuyo origen se encuentra en las redes  capilares o los lagos linfáticos  de los diversos órganos del cuerpo. 
Los vasos linfáticos van a terminar mediante canales cada vez más gruesos, en el gran canal torácico, que recibe la linfa de las extremidades inferiores, del tronco, del miembro superior izquierdo y de la mitad izquierda de la cabeza y cuello, o bien en la gran vena linfática, que recoge la linfa del miembro superior derecho, de la mitad superior derecha del tórax, y de la mitad derecha de la cabeza y cuello.

Ambos conductos linfáticos desembocan en lugares de las venas cercanos al corazón. La linfa se mezcla con la sangre venosa y se dirige con ésta  a la aurícula.






Quiroz Gutiérrez Fernando. Anatomía Humana. Tomo II


TEJIDO EPITELIAL